martes, 5 de abril de 2011

Leer es un verdadero placer.

 



     "En primer lugar, la mayoría nunca lee algo dos veces. La frase "Ya lo he leído" es un argumento inapelable contra la lectura de un determinado libro. [...] En cambio, quienes gustan de las grandes obras leen un mismo libro diez, veinte o treinta veces a lo largo de su vida.

     En segundo lugar, la mayoría no aprecian particularmente la lectura; la reservan para el tren, las enfermedades o raros momentos de soledad. [...] En cambio, las personas con sensibilidad literaria siempre están buscando tiempo y silencia para entregarse a la lectura, y concentran en ella toda su atención. Si, aunque sólo sea por unos días, esa lectura atenta sin perturbaciones les es vedada, se sienten empobrecidos.

     En tercer lugar, para la minoría la primera lectura de una obra literaria suele ser una experiencia tan trascendental que sólo admite comparación con las experiencias del amor, la religión o el duelo. Su conciencia sufre un cambio muy profundo. Ya no son los mismos [...].

     Por último, y como resultado natura de sus diferentes maneras de leer, la minoría conserva un recuerdo constante y destacado de lo que ha leído, mientras que la mayoría no vuelve a pensar en ello. En el primer caso, a los lectores les gusta repetir, cuando están solos, sus versos y estrofas preferidos. Los episodios y personajes de los libros les proporcionan una especie de iconografía de la se valen para interpretar o resumir sus propias experiencias. Suelen dedicar bastante tiempo a comentar con otros sus lecturas. En cambio, los otros lectores, rara vez piensan en los libros que han leído o hablan sobre ellos."

Fragmento de "La experiencia de leer", de C.S. Lewis.
La minoría y la mayoría.

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