jueves, 28 de mayo de 2009

Él.

Él os conoce absolutamente a todos, y algunos le conocéis: unos de oídas, otros íntimamente, otros de pasada, otros le dáis las espalda, otros le ignoran, otro le calumnian, otros lo niegan... Pero Él murió para daros la verdadera vida a todos vosotros.
Es muy popular.

Él, es alguien distinto. Fue un rebolucionario de su época, no le aceptaban; ni a Él ni a sus ideas, pero fue el ser más maravilloso de este mundo. A caso, ¿serías capaz de dar la vida por tus amigos?
Él lo hizo... lo hizo porque te amó y te ama hasta el extremo.

Siempre está contigo.
Cuando haces un examen, Él está sentado al lado de tu pupitre, alentándote.
Cuando estás enfadado, aunque no lo sientas, te abraza.

Él está en cada uno de nuestros prójimos.

Dejó un único mandamiento; el del amor: "Amaros unos a otros como Yo os he amado"

Yo te quiero y te acompaño todos los día junto a tu cruz.
Por muy paradójico que parezca, mis días favoritos del año litúrgico son los de la Semana Santa...
...mi favorito: Viernes Santo.

Si, es el día de la muerte por excelencia, pero...
...es el día en que recuerdo, con más fuerza, que hay alguien que me quiere y que murió por mí. Que en el momento en el que expiró pensaba en mí.


Jesús es la luz de mi camino,

¿Quieres que también ilumine el tuyo?

Lo único que tienes que hacer es escuchar en el sielencio; ahí es donde Él se acercará con más fuerza, llegarás a sentir su presencia; y la voz más dulce jamás imaginada te susurrará: "Yo, en verdad, te amo."

[Ese Cristo, realmente, me impresionó.] [Que horas serán estas de subir cosas... ¡y mañana examen de Química!]


(Suena: Death And All His Friends – Cold Play)

Cada día que pasa, se confirma más mi teoría: “Hablar está sobrevalorado”.

Sí, a veces las palabras; simplemente, sobran. Las palabras con como hojas caidas de los árboles en otoño, son caducas, son endebles, son efímeras... las palabras; como a las hojas, se las lleva el viento. Es cierto, que los hechos valen más que las palabras, pero a veces sobran; tanto unos como otros.

Hay momentos, en los que con el silencio, es más que suficiente; los momentos más felices de mi vida, transcurrieron en silencio.

Cuando estoy con él; sí, con el amor de mi vida. Yo... no necesito las palabras. Sólo notar su mano sobre la mía, Dios, que sensación tan dulce. Apoyarme en su pecho y sentir su respiración y el latir de su corazón... sólo recordarlo se me saltan las lágrimas. Un beso inesperado, me estremezco.

Mi profesora de Historia, siempre dice “[...]la realidad siempre supera a la ficción”. La verdad es que tiene razón. El principe azul literario, que lucha contra viento y marea, y te llama para que te asomes a la ventana a recitarte promesas de amor eterno; puede que exista, pero esos poemas, esas poesías, nunca superarán el amor que transmite el silencio. El silencio es internacional, por ello es la lengua del amor. A través de una mirada, a través de una caricia, un leve beso, un abrazo... a través de todo ello fluye el amor. El recuerdo de una mirada perdura en la memoria; mientras que las palabras, que son carne de olvido.

Escribir a cerca de todo esto hace que de lágrimas se llenen mis ojos; de tristeza, pero a la vez de alegría. Es cierto, yo no puedo experimentar eso con frecuencia, pero guardo un recuerdo más vivo, más ardiente, más real... de todo ello; pero soy una persona optimista, y sólo pienso, que todo esto que paso hoy, me ayudará a valorar todo de manera más intensa mañana.

Finalizaré con unas palabras de San Pablo: “[...]el amor jamás pasará”.

Los secretos.

En el mundo de hoy en día, no existen los secretos, pero lo que no debería ser secreto es totalmente desconocido.

¿Confuso? Desde luego que sí.

Todo el mundo sabe todo de todo el mundo, la privacidad hace décadas que voló.

Yo aún tengo secretos, con mis más cercanas personas, conmigo misma... Es agradable tener secretos.

Pero, las cosas que no deberían ser secretas, ocultas... son las que la gente más se dedica en ocultar.
Las personas, por mucho que digan, no son transparentes; la falsedad tomo un papel muy importante. El engaño está de moda, la mentira... sobre todo el autoengaño.

Todo eso no es sano, ni para en que engaña ni para los engañados.

Esta claro que, parece ser, que la meta de la humanidad en estos tiempos es complicarse la vida (tampoco pienso que sea sano la completa simplificación, ya que cometeríamos graves errores).

Con esto, volvemos a la frase de siempre.


"Camina contracorriente, sé extraordinario".

El método inductivo.

Cada día que pasa soy más y más enemiga de un fenómeno denominado generalización. Ésto está muy de moda en este mundo de hoy día.

No voy a negar que hay cargos, oficios, trabajos... que necesitan de la objetividad para que haya una igualdad. Pero generalmente (valga la redundancia), la generalización sólo hace que aumentar el grado de injusticia en la sociedad.

No creo que sólo existan los términos "objetivo" y "subjetivo", debería haber (si es que no lo hay ya) un término que fuera intermedio entre los anteriores. Es decir, que la gente fuera capaz de ser objetivo ante una situación totalmente concreta de circunstancias, motivos, etc...

Pero... en el mundo actual todo el mundo opta por el camino fácil, por los atajo (cosa que bajo mi perspectiva es un grave error), y el camino fácil es generalizar. Por llevar un tipo de peinado X o una ropa X o una manera de hablar X, ya estás bajo un prisma generalizador que ha generado la sociedad.
Las personas que constituyen hoy día la sociedad, parecen no ser conscientes de que cada uno de los ciudadanos del mundo es único e irrepetible. También es cierto que está de moda el "yo soy así, soy único y no hay nadie igual a mi", que contradicción tan sumamente estupida, ¿no creeis?
Está muy claro que la sociedad es un gran cúmulo de contradicciones. Pero lo que si está claramente de manifiesto es que generalizar es la vía fácil, tomar a unos individuos, aparentemente (es decir, físicamente) parecidos como un todo y etiquetarlos automáticamente es un grave error, ya que no cuenta lo de fuera, si no lo de dentro... ¿o a caso tu te comes la cáscara de las nueces y no la nuez en sí?

Unido al fenómeno generalizados y homgeneizador está las modas, y demás corrientes y mecanismos inventados por los seres humanoides para que todos seamos exactamente igual.
Lo triste es que todos estas artimañas y métodos surten el efecto deseado por los creadores.

Mi teoría es la siguiente: cada ser humano es único e irrepetible, no podemos prejuzgar a las personas por un pelo, una palabra, o una ropa; en realidad, ¿qué importancia tiene esto?

Es cierto, que la lucha contra este fenómeno, contra esta sociedad descerebrada, es difícil, es dura; es decir, es duro no dejarte llevar por el exterior, por la tentación de hacer juicios prematuros... pero... pensandolo friamente, el prejuicio, el pelo, la ropa... son absurdos totalmente.

Otra cosa a resaltar es que, ¿por qué escoger el camino fácil? Eso de que "la vida es complicada" no es ni mínimamente cierto. La vida es tal y como nosotros no las planteamos, tal y como nosotros la construimos.

En mi opinión escoger el camino fácil es una... no encuentro palabras para describirlo; pero lo que si sé, es que cuando llegas a la meta de la carrera difícil y no de la fácil, te sientes pleno y realizado.

El dolor.

RAE define como dolor: Sensación molesta y aflictiva de una parte del cuerpo por causa interior o exterior.


El dolor es el detonante de muchas de nuestras quejas, muchos de nuestros lloros y lloriqueos.

Pero nadie se ha parado a pensar, que el dolor es necesario. Es un bien (no pienso que tampoco sea malo, podría se más bien una "cosa" "neutra") necesario, ya que si el dolor no existiese; si no existiese esa voz de alarma que nos avisa sobre que hay algo que no funciona bien, esta ausencia unida a la estupidez humana, causaría grandes estragos. Ya que cuando nos dieramos cuenta de que algo no funciona como es debido, sería demasiado tarde.

Amor al gran género.

[Sigo recapitulando viejos pensamientos...]

El ser humano es realmente extraordinario, además de ser una perfecta asociación de diferentes tipos de células que se complementan unas con otras; capaces de aprovechar al máximo los recursos disponibles; es una "máquina" capaz de sentir felicidad, alegría, amor; capaz de llorar, ¡capaz de crear!
Y si un ser humano aislado, ya es lo suficientemente maravilloso; tratad de imaginar lo que podrían hacer un grupo de seres humanos trabajando juntos por una causa común.

Lo reconozco, YO soy una entusiasta del potencial que el ser humano posee en sí mismo, soy optimista porque quiero, porque deseo serlo; no porque las circunstancias ni el clima en el que vivimos me lleven a serlo. Si no desease ser optimista, ahora mismo no sería como soy.

No tengo ni idea de en que punto del camino el ser humano perdió la razón; el significado de la palabra que lo define "humanidad"; no sé en que punto un ser humano fue capaz de matar a un semajante, ¡POR DIOS SANTO! estamos hablando de arrebatar la vida, y lo vemos constantemente en TV, series, películas, la radio, libros... y ya, no nos afecta ni lo más mínimo; hablamos de ello como si del tiempo se tratara y, por supuesto, mucho menos defendemos la vida, ¡eso ya es impensable!
Pero, a pesar de todo esto, yo, sigo siendo optimista; yo no perderé la esperanza porque creo, o al menos espero; que haya en el mundo gente como yo, gente que aún crea en la vida; en lo maravillosa que es la vida, y en la oblicación que cada uno de los humanos tenemos de defenderla.

Cuando llegue el momento de mi muerte, seguro que habré perdido muchas cosas por el camino, pero algo que no pienso perder es la fe que tengo; la esperanza que tengo en la humanidad.
La esperanza que tengo en que, algún día, abra lo ojos y vea en lo que se ha convertido, todo lo que perdió por el camino, y que tome de una vez, la iniciativa de volver a donde comenzó; a sus raíces; al significado de la palabra que le da nombre humanidad.

Sé extraordinario.

[Suena: Break Me Out - The Rescues]

El tercer planeta del Sistema Solar, también llamado Tierra, nuestra madre Tierra, está poblada por 6.800 millones de personas.
Es un número bastante significativo, partiendo de la base de que cada ser humano es único e irrepetible. Estamos hablando de 6.800 millones de almas, de seres capaces de pensar, de sentir, capaces de sonrojarse cuando se avergüenzan, de sonreir, de reir por una tontería, de llorar por las injusticias.
6.800 millones de seres humanos.

Es bien sabido y conocido mi amor por este género, el género humano; género que por más que me decepcione jamás perderá mi fé.
Es cierto que podría estar aquí y ahora denunciando las injusticias que se dan en este nuestro pequeño, y a la vez gran, planeta Tierra.
A menudo sólo sabemos ver las cosas malas, la parte negativa de la vida; y yo he de admitir que soy especialista en ello; en especial últimamente. Pero hoy no, hoy quiero renunciar a ese matiz de mí para siempre.

Este mundo, poblado por 6.800 millones de seres; seres que, cada uno de ellos, tiene en su interior la posibilidad de ser maravilloso e irrepetible.

Cada uno de nosotros tenemos en nuestro interior la capacidad para amar, para ofrecer nuestro hombro al que llora, para sonreir al que tiene un mal día, para ayudar al que lo necesite, para pedir perdón, para renunciar a nuestro orgullo, para luchar por nuestro sueños, para; en definitiva, construir una sociedad pacífica y fraterna.
Por eso, yo ahora te digo que me des tu mano, que te contagies de mi optimismo, para gritar al unísono:

¡LUCHA POR SER EXTRAORDINARIO!